Dentro del calendario obligatorio de vacunación, nos encontramos con la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina que se aplica a los 2, 4, 6 y 18 meses, con un refuerzo alrededor de los 14 años. Pero… ¿qué es la tos ferina?
Descubramos juntos qué es la tos ferina, cuáles son sus síntomas y su gravedad.
¿Qué es la tos ferina?
La tos ferina, conocida también como pertusis, es una enfermedad respiratoria potencialmente grave que se genera por la bacteria Bordetella pertussis. Por lo general, esta infección afecta a niños lactantes menores de 6 meses o a niños de entre 11 y 18 años que no han recibido el refuerzo de la vacuna y cuya inmunidad ha comenzado a disminuir. A pesar de ello, la tos ferina o tos convulsiva puede afectar a cualquier persona, produciendo incluso incapacidad o muerte.
Por este motivo, la vacunación contra esta enfermedad es obligatoria en España. Consulta nuestro post sobre vacunas para saber más al respecto.
Síntomas de la tos ferina
Los síntomas de la tos ferina son fácilmente confundibles con los de un resfriado común, al menos en su período de incubación que dura entre 1 y 2 semanas. El problema reside en que entre 10 y 12 días más tarde comienzan los episodios más graves, donde se acentúa la tos de manera tal que puede llevar al vómito e incluso, a la pérdida de conciencia.
Veamos juntos algunos síntomas de la tos convulsa:
- Estornudos y rinitis
- Febrícula: algunos niños no experimentan elevación de la temperatura. Si quieres saber más sobre la diferencia entre fiebre y febrícula y cuando acudir a urgencias, entra en el enlace.
- Tos leve, seca e irritativa que se vuelve cada vez más intensa, llegando incluso a provocar vómitos. Esta tos se convierte con el paso de los días en tos convulsiva, es decir que el niño ve dificultada su respiración, se pone colorado y con ojos llorosos, además de angustiado. Una característica común de esta tos es que al finalizar el episodio el peque realiza una inspiración grande donde se escucha una especie de silbido y puede expulsar un esputo mucoso de color blanco o vomitar.
- Pueden aparecer hemorragias subconjuntivales
- Es posible que los bebés más pequeños padezcan apneas
- Los párpados pueden hincharse y la cara padecer edemas.
En conclusión, la tos ferina puede ser confundida con un resfriado común cuando aparece la enfermedad, pero luego los síntomas se agravan haciendo pensar en una enfermedad más compleja. Si sospechas que tu hijo padece pertusis, no dudes en consultar con el pediatra. La tos convulsiva es altamente contagiosa y puede ser sumamente peligrosa sin el tratamiento adecuado, pudiendo provocar hemorragias, neumonías e incluso, en los casos más severos, daños cerebrales y la muerte.
Tratamiento de pertusis o tos ferina
Si tu pediatra ha diagnosticado la tos ferina, le dará a tu hijo antibióticos durante unas 2 semanas y seguramente recomendará que los demás integrantes de la familia se vacunen si no lo están.
En los casos más graves, se suele optar por la hospitalización, principalmente en el caso de bebés o niños muy pequeños con tos ferina. Esto se debe al mayor riesgo de desarrollar complicaciones como pulmonía o neumonía, apneas o deshidratación. En el hospital, los médicos monitorizarán al peque, le aspirarán las secreciones respiratorias y en caso de necesidad, le administrarán oxígeno o fluidos intravenosos.
Como ves, la tos ferina es una enfermedad bastante compleja y altamente contagiosa. No dudes en contactar con el médico si notas alguno de los síntomas descritos en tu peque.
Imagen: Michael Cramer