¿Tu bebé tiene manchitas en la piel? ¿Experimenta picor y no puede descansar bien? Estas molestas manchas pueden ser un eccema conocido como dermatitis atópica.
En Menudos Bebés te contamos qué es la dermatitis atópica, cuál es su sintomatología, cuáles son los factores desencadenantes y los tratamientos que pueden aliviar la dermatitis atópica.
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¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel bastante común, de hecho según datos de National Eczema Association «aproximadamente el 10% de los bebés y niños se ven afectados por ella».
La primera manifestación de la dermatitis atópica suele darse sobre los 5 meses de vida, aunque puede aparecer antes. Por lo general, se manifiesta durante el primer año de vida afectando el rostro, el cuero cabelludo, las orejas, el dorso de las manos y las extremidades.
Síntomas de la dermatitis atópica
Vía: Eric Lanning
Si durante el primer año de vida del peque (o durante sus primeros cinco años) aparecen erupciones persistentes, es posible sospechar de la presencia de dermatitis atópica. Ahora bien, veamos algunos síntomas:
Comezón: las erupciones de la dermatitis atópica generan mucha comezón, tanta que el peque no puede resistir a frotarse y rascarse, generando así daños en la piel.
Ubicación de la erupción: generalmente, la erupción comienza en la cara o en codos y rodillas y luego puede extenderse por el resto del cuerpo.
Componente hereditario: si bien no se trata de un síntoma, es bueno tener en cuenta que si los padres u otros miembros de la familia padecen dermatitis atópica, asma o fiebre del heno, las probabilidades de que el bebé sufra alguna enfermedad alérgica aumentan.
A nivel aspecto, la erupción puede variar mucho de una persona a otra, pero muchas veces se observan costras amarillas e incluso, pus.
Si sospechas que tu hijo puede padecer dermatitis atópica, consulta con el pediatra. Él mejor que nadie podrá diagnosticarlo y determinar el mejor tratamiento.
Dermatitis atópica: factores desencadentantes
Cada bebé es un mundo y por ello, los factores que desencadenan la dermatitis atópica pueden variar de un bebé a otro. Como norma general, podemos hablar de 4 factores desencadenantes:
Piel seca: cuando la piel se reseca (o es seca por naturaleza), se vuelve frágil. Mientras que la piel húmeda es suave y elástica, la piel seca luce áspera y tensa, además de descamarse fácilmente.
Sustancias irritantes: algunas sustancias pueden generar enrojecimiento, comezón o sequedad en la piel. Hay que tener mucho cuidado con los productos que están en contacto con la piel del bebé y con su ropa.
Sudoración: el sudor, ya sea generado por el calor excesivo o por el ejercicio cuando el bebé ya gatea o camina, puede desencadenar la erupción.
Alérgenos: el polen, el polvo, incluso los alimentos pueden desencadenar alergias. Si bien puede ser difícil asociar la dermatitis atópica con los alérgenos, National Eczema Association lo considera una posibilidad.
Tratamientos de la dermatitis atópica
El médico estudiará el caso de tu bebé y determinará el mejor tratamiento para él en base al factor desencadenante (o los factores observados). El tratamiento puede ir desde la humectación de la piel hasta esteroides tópicos (en forma de crema o ungüento) o medicamentos tópicos sin esteroides. Por supuesto, también es posible que se receten antibióticos orales para las infecciones bacterianas y antihistamínicos. Todo dependerá del caso particular, la gravedad del eccema y la edad del pequeño.
La dermatitis atópica es una enfermedad que genera incomodidad y molestias pero es totalmente tratable.