Golpe de calor: cómo reconocerlo y prevenirlo

Con el tremendo calor que estamos sufriendo este verano, hay que extremar las precauciones, ya que los bebés y niños, sobre todo los más pequeñitos, se encuentran entre los más afectados por las altas temperaturas. Hoy hablaremos del famoso golpe de calor: cómo reconocerlo y prevenirlo, para cuidar a nuestro bebé y darle toda la protección que necesita.

Con las temperaturas muy elevadas, el riesgo de perder líquidos corpóreos y llegar a la deshidratación es más frecuente de lo que creemos, sobre todo para bebés, niños pequeños y ancianos. Ya os hemos dado algunos consejos para viajar con bebés, ahora es el momento de ocuparnos del importante tema del golpe de calor, cómo prevenirlo, reconocerlo y tratarlo.

Golpe de calor. Cómo prevenirlo

Golpe de calor

En general, las medidas para prevenir un golpe de calor se centran en favorecer los mecanismos naturales de enfriamiento del cuerpo, y mantener la hidratación. Veamos algunos consejos básicos:

Al aire libre

  • Evitar los ejercicios físicos en la hora de más calor. En la playa, la piscina o en cualquier lugar al aire libre, durante las horas centrales del día descansad con los niños a la sombra.
  • Proteger a los niños adecuadamente. Elegid ropa ligera y amplia, que permita al cuerpo de transpirar, y de colores claros, que absorben menos el calor. Los niños deben llevar siempre un gorrito que los proteja del sol, pero que les permita transpirar. Usad una crema solar con protección adecuada para su edad y su tipo de piel, y unas gafas de sol específicas.
  • El hecho de no estar expuestos al sol no es una medida suficiente para evitar los golpes de calor. Procurad que vuestro cochecito de bebé esté hecho con un material que permite la circulación del aire, y no cubrid totalmente el coche con una tela clara para evitar el contacto con el sol, se creará un efecto «invernadero» que hará que la temperatura dentro de esta especie de nido que hemos creado aumente considerablemente. Es mucho más recomendable una sombrilla.

En casa

  • Echar las cortinas en las ventanas de las fachadas expuestas al sol, procurar mantenerlas abiertas durante las horas más frescas, cerrándolas durante las horas centrales del día, si el calor exterior es muy superior al interior.
  • Mojar cara y manos con agua fresca, también es aconsejable dar un baño con agua fresca (no fría) a los niños para bajar la temperatura corporal.
  • Usar el aire acondicionado o el ventilador con sentido común, sin exagerar con la temperatura demasiado baja.

Siempre

  • Beber mucha agua, comer mucha fruta y verduras, que son alimentos que contienen mucha agua. No esperar a que los niños pidan agua porque tienen sed, hacedlos beber frecuentemente, evitando bebidas azucaradas. En el caso de los bebés, dar el pecho con más frecuencia. Evitar las bebidas muy frías o muy calientes
  • Tener en cuenta que los bebés recién nacidos sudan menos porque su sistema regulador de temperatura no está todavía maduro, por lo que no debemos confiarnos del hecho de que no suden, ¡sienten el calor tanto como nosotros!

Golpe de calor. Cómo reconocerlo

Veamos algunos síntomas que nos pueden indicar que estamos ante la presencia de un golpe de calor:

  • Aumento de la temperatura corporal (similar a la fiebre), y en la primera fase una sudoración abundante.
  • Dolor de cabeza, y en casos extremos, perdida de conocimiento o confusión.
  • Fatiga, calambres musculares.
  • Náuseas o vómitos.
  • Aumento de la frecuencia cardíaca.
  • Piel seca, enrojecida y/o erupción cutánea.
  • En casos extremos sensación de falta de aire o problemas para respirar.

Golpe de calor. Cómo tratarlo

Los casos más graves se producen cuando se permanece demasiado tiempo en este estado sin tomar medidas. Si se sospecha que un bebé o niño sufre un golpe de calor, lo más conveniente es dirigirse a un centro de salud o solicitar asistencia médica. Mientras tanto, podemos tratar de reducir la temperatura corporal tomando estas medidas:

  • Buscar un lugar sombreado y fresco para trasladar al niño.
  • Quitar la ropa para que el cuerpo respire.
  • Ofrecerle agua para que se hidrate, pero atención a la temperatura (no debe ser agua helada, el contraste de temperatura puede resultar perjudicial)
  • Mojar la cabeza, los puños, la nuca, axilas o ingles con agua fría. Se puede colocar un paño mojado en las mismas zonas. Si la temperatura corporal supera los 40 grados, se pueden realizar baños de agua helada para bajar la temperatura hasta los 38 grados.

Estos consejos son un resumen de la guía elaborada por el Ministerio de Sanidad, podéis verla aquí. Terminamos con un consejo fundamental: la prevención es el mejor remedio. Si usamos el sentido común, nuestros peques estarán a salvo de este peligro del verano que es el golpe de calor.

Imagen principal: Bertram Nudelbach

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