La placenta previa es una condición que preocupa a muchas mamis, ¿tú sabes de qué se trata? Hoy en Menudos Bebés hablamos de la placenta previa, sus síntomas y sus consecuencias. ¿Vamos allí?
¿Qué es la placenta previa?
La placenta previa es un problema que se produce en aproximadamente uno de cada 200 embarazos y que consiste en la presentación de la placenta sobre (o cerca) del cuello uterino, es decir «bloqueando» la salida del bebé (o saliendo antes que él).
Existen tres clases de placenta previa:
- La placenta previa total, en cuyo caso la misma cubre todo el cérvix
- La placenta previa parcial, donde el cérvix se ve parcialmente cubierto
- La placenta previa marginal, cuando la placenta está cerca del inicio del cérvix.
En algunos casos, la presencia de placenta previa puede detectarse durante la primera mitad del embarazo y solucionarse por sí misma, a medida que el útero crece. ¿Cómo? Pues sencillamente el mismo crecimiento del útero desplaza la placenta hacia arriba, dejando de obstruir el cérvix. Si esto no sucede y la embarazada continúa presentando una placenta previa, lo más recomendable es practicar una cesárea para evitar complicaciones como una hemorragia durante el parto.
Placenta previa: los síntomas más habituales

Esta condición se produce generalmente en aquellas mujeres que tienen un útero con alguna anomalía, muchos embarazos previos, un útero con alguna cicatriz (por un aborto, cesárea o cirugía) o que viven un embarazo múltiple. Ahora bien, ¿hay síntomas que puedan avisar de la presencia de la placenta previa?
El principal síntoma es un sangrado vaginal que puede o no estar acompañado de cólicos. En muchas ocasiones el sangrado es súbito y muy importante. Sea como fuere, si comienzas a sangrar, no dudes en visitar a tu médico, incluso si el sangrado se detiene espontáneamente.
Cuáles son las posibles consecuencias de la placenta previa
La placenta previa puede, como ya hemos dicho, generar una hemorragia. En los casos en los que la hemorragia es mínima, el médico puede recomendar reposo y abstinencia sexual, mientras que en aquellas situaciones donde la hemorragia es intensa, el especialista puede optar por recomendar una cesárea.
Debes tener en cuenta que al ubicarse la placenta justo en cuello del útero, la misma comenzará a separarse de él a medida que comiences la dilatación, generando un hemorragia que podría ser potencialmente mortal para ti o tu bebé. Por este motivo, la placenta previa suele ser una de las condiciones que terminan en cesárea.
Si padeces placenta previa y estás en los primeros meses de tu embarazo, no te preocupes: quizá la situación se resuelva por sí sola y si no es así, confía en el equipo médico que te atiende. Ellos mejor que nadie sabrán cuidar de ti y de tu hijo.
Imagen: Nico Buculei