A todas (o casi todas) nos ha pasado… En el curso de preparación al parto hablan de los famosos ejercicios de Kegel y siendo mamis primerizas, ¡difícil es que sepas de qué se tratan!
Hoy, en Menudos Bebés, te contamos qué son y para qué sirven «los Kegel», además de explicarte cómo realizarlos.
Qué son los ejercicios de Kegel
Los ejercicios de Kegel se realizan para fortalecer los músculos del suelo pélvico, músculos que se suelen debilitar tras el parto. Arnold Kegel fue el ginecólogo que los recomendó por primera vez en la década del 40 como una manera de luchar contra la incontinencia urinaria, de ahí su nombre.
Ahora bien, no sólo sirven para controlar la incontinencia, además los ejercicios de Kegel mejoran la circulación sanguínea en la zona vaginal y rectal, ayudando a mantener las hemorroides a raya y mejorar el tono muscular de la vagina ¡permitiéndote que disfrutes más del sexo!
Cómo hacer los ejercicios de Kegel
Antes de poner manos a la obra, vacía tu vejiga para que te sea más fácil trabajar los músculos. Ahora que ya estás lista, recuéstate en un lugar cómodo donde puedas estar relajada por un rato. Apoya bien tus hombros y tu cadera, sin apoyar completamente la columna ni arquearla en demasía. Debes estar en una postura natural, sin forzar la espalda.
Ahora que estás en la posición adecuada, intenta visualizar tu suelo pélvico. ¿Sabés qué músculos debes trabajar? El suelo pélvico es un sistema de músculos y ligamentos que cierran el suelo del abdomen y mantienen la vejiga, el útero y el recto en su lugar. Seguramente, tu médico te recomendará practicar los ejercicios de Kegel durante el embarazo para evitar desgarros y después para evitar incontinencias urinarias o disfunciones sexuales.
Sabiendo dónde encuentran estos músculos, intenta apretar y levantarlos, como si intentases evitar una fuga de orina. Para saber si estás haciendo bien los ejercicios, puedes introducir un dedo en tu vagina antes de empezar: si sientes cómo los músculos lo oprimen al contraer la región, ¡perfecto!
Es importante que al hacer los ejercicios de Kegel no contraigas tu abdomen, tus aductores o las nalgas. Recuerda que el trabajo debe realizarse con el suelo pélvico.
Mantén la contracción de la zona durante unos segundos y luego relájate otros tantos. Repite varias veces al día para fortalecer la zona.
Una vez hayas dominado los ejercicios de Kegel mientras estás acostada boca arriba, puedes comenzar a practicarlos boca abajo, sentada o incluso, de pie. La realidad es que puedes hacer los ejercicios de Kegel mientras realizas otras tareas, siempre recordando que los músculos a trabajar son los del suelo pélvico, no los demás.