¿Se acerca tu fecha probable de parto? ¿Estás nerviosa? Me imagino que sí, yo aún recuerdo las sensaciones que me invadían cuando se acercaba el momento de ser mamá: ansiedad, deseo de conocer a mi hijo, nerviosismo, ilusión… Y también un poco de preocupación. Soy de esas personas que se informan mucho, pero muchísimo… tanto que a veces leo cosas que no debería y luego me preocupo por ello. Eso me sucedió con el término parto inducido.
Recuerdo que al escuchar hablar por primera vez sobre parto inducido comencé a buscar información para enterarme bien de qué era y en qué casos se producía… Para luego preguntarme si yo terminaría teniendo un parto espontáneo o inducido. Pero bueno, eso es ya otra historia.
Hoy en Menudos Bebés, respondemos a tus preguntas sobre parto inducido: ¿qué es y cuándo se produce? ¿Vamos allí?
¿Qué es el parto inducido?
Un parto inducido es aquel que se inicia de forma artificial, a través del suministro a la madre de geles de prostaglandinas u oxitocina sintética. La Organización Mundial de la Salud (OMS) es muy clara al establecer que «la precaución es obligatoria a la hora de recomendar una inducción electiva del parto, ya que el aumento del riesgo de resultados adversos maternos y perinatales no se ve compensado por unos beneficios claros». Es decir que el parto inducido es recomendado sólo en aquellos casos donde exista un riesgo superior de seguir con el embarazo y esperar el parto espontáneo que de inducirlo.
Parto inducido frente a parto espontáneo

Seguramente te preguntes por qué es más recomendable un parto espontáneo que un parto inducido… La explicación es muy sencilla: el parto es un proceso natural que se desencadena cuando el bebé está preparado para nacer. Es un proceso involuntario que en la gran mayoría de los casos no necesita de ninguna intervención para suceder. Además, la inducción al parto no garantiza que finalmente se realice el parto por vía vaginal, en algunos casos, si el parto no prospera, puede terminar en cesárea.
Ahora bien, ¿qué pasa cuándo algo no funciona del todo bien? En casos donde la vida del bebé o de la mamá peligren, es aconsejable inducir al parto porque los riesgos de la inducción son inferiores a los de esperar el parto espontáneo.
Casos en los que se recomienda un parto inducido
Existen varias situaciones en las cuales los médicos suelen recomendar un parto inducido, veamos algunas de ellas:
- Tu embarazo supera las 41 o 42 semanas: es el caso más habitual de programación de parto. Algunos médicos sostienen que la inducción es inevitable, aunque otros especialistas dicen que si el bebé está bien y la placenta funciona, es posible esperar a un parto espontáneo. Consulta con tu médico de confianza para ver tus mejores opciones.
- Haz roto aguas pero el trabajo de parto no progresa: en este caso, los médicos suelen optar por la inducción para ayudar a desencadenar las contracciones de parto.
- Haz roto aguas y estas son sucias.
- Tienes desprendimiento de placenta.
- Tienes preeclampsia.
- Sufres algún problema como diabetes gestacional.
Inducción del parto paso a paso
Ahora bien, ¿qué implica inducir el parto? Sencillamente, el médico llevará a cabo los siguientes pasos:
- Romper las membranas: tu médico se colocará guantes y romperá la membrana para que tu cuerpo comience a liberar las hormonas que desencadenan el parto.
- Romper la bolsa de aguas: luego, romperás aguas mediante el mismo procedimiento anterior. Si el cuello uterino está preparado, el parto debería desencadenarse rápidamente con el correr de las horas.
- Administración de hormonas para favorecer que se borre el cuello uterino y el parto de inicio.
- Administración de oxitocina para desencadenar las contracciones.
Como ves, el parto inducido no es un proceso tan complejo ni tenebroso como podemos imaginar pero igual puede generar riesgos. Si no es estrictamente necesario, espera por el parto espontáneo y evita riesgos innecesarios.