Seguramente has escuchado hablar del famoso (y temido) fórceps pero… ¿sabes qué es y cuándo se utiliza? Hoy en Menudos Bebés descubrimos todo sobre el fórceps para que estés informada y sepas en qué casos puede ser necesario utilizarlo en el parto.
¿Vemos juntos cuándo se produce un parto con fórceps?
¿Qué es el fórceps?
El fórceps es un instrumento que comenzó a utilizarse aproximadamente en el siglo XVII. Puede considerarse el parto con fórceps como una posibilidad intermedia entre el parto vaginal espontáneo y la cesárea y por lo general, se lo conoce como parto instrumental.
Ahora bien… ¿cómo es un fórceps? Un fórceps es una especie de pinza con dos ramas que pueden considerarse similares a unas cucharas y que sirven para ayudar al bebé a salir del canal de parto.
¿Cuándo se utiliza el fórceps?
Por supuesto, el fórceps no se utiliza en todos los partos sino durante la fase expulsiva de aquellos partos donde la mamá haya alcanzado los 10 centímetros de dilatación, haya roto aguas, el bebé esté bien encajado y por algún motivo, exista alguna complicación como las que vemos a continuación:
- el bebé está bien encajado pero existe situación de urgencia que obliga a su nacimiento inminente, sin esperar a que pueda emerger por su fuerza y la ejercida por los pujos de la madre.
- cuando exista riesgo de pérdida del bienestar fetal (baja de las pulsaciones, por ejemplo).
- cuando la fase expulsiva no evoluciona.
- cuando la rotación de la cabeza del bebé en la pelvis de la mamá no se haya completado y necesite ayuda externa para realizarla.
- en aquellos casos en los que la madre padezca una enfermedad que impida la realización de pujos, por ejemplo problemas cardíacos.
- cuando la madre se encuentre agotada.
- si el bebé viene de nalgas.
En esas situaciones, el médico puede optar por utilizar el fórceps para capturar suavemente la cabeza del bebé y ayudarlo a conseguir una posición más favorable para su nacimiento así como para ayudarlo a salir.
Riesgos del uso del fórceps
Al tratarse de un parto instrumental existen algunos riesgos tanto para la madre como para el peque pero suelen ser mínimos si el fórceps se utiliza correctamente:
- Para la madre: desgarros vaginales o problemas para orinar o defecar durante el post-parto.
- Para el bebé: las protuberancias, marcas o morados en la cabeza del bebé suelen ser los riesgos más habituales pero no son graves, de hecho sanan en algunos días o semanas. En casos más graves, puede producirse un corte con sangrado (de manera muy poco normal) o problemas en los nervios del bebé (en escasos casos y sólo cuando el fórceps se utiliza de manera inadecuada).
Como ves, el uso del fórceps no es demasiado habitual ni tampoco se trata de una técnica antigua y obsoleta. Confía en tus médicos: ellos decidirán si el uso de fórceps es necesario en tu parto o no.
Imagen: Matt Gosselin