¿Tu hijo pide pecho todo el día? ¿Se queja, estira el pezón y lo suelta? ¿Sientes que rechaza tu pecho? ¿Estás empezando a preguntarte si tu leche no es suficiente? Entonces, no puedes perderte este post. Hoy hablamos sobre las crisis de crecimiento del bebé y cómo afectan a la lactancia… ¿Sabes qué son?
Durante el primer año de vida de tu hijo irás notando ciertos cambios durante la lactancia materna. Es muy posible que de a poco tu hijo vaya ajustando las tomas, permitiéndote saber más o menos a qué hora querrá comer y que un día, cuando te sientas cómoda con la situación y pienses que tienes todo bajo control, tu bebé empiece a pedir pecho a cada rato. La sensación es agobiante y son pocas las mujeres que no se preguntan si están haciendo algo mal o si su leche ya no alimenta. Si este es tu caso, ¡no te preocupes! Es normal y se debe a las famosas crisis de crecimiento.
¿Descubrimos juntos la relación entre las crisis de crecimiento y la lactancia?
Lactancia y crisis de crecimiento: una relación poco amigable
Y sí, cuando los bebés pasan por una crisis de crecimiento la relación con la lactancia se vuelve, por así decirlo, poco amigable… al menos para la madre que es quien puede sentirse agobiada por tener al bebé todo el día en el pecho. Las dudas sobre la propia capacidad de alimentar a tu hijo seguramente no se hagan esperar pero ¡no te agobies! Es una situación normal que todas las madres que optan por la lactancia materna pasan (algunas mejor, otras peor). Pero… ¿qué son las crisis de crecimiento?
Durante la lactancia pueden producirse (y de hecho se producen más o menos a la misma edad en todos los casos) desajustes entre la oferta de leche y la necesidad del bebé.
¿Por qué pasa esto? Pues sencillamente porque el bebé está creciendo física y psicológicamente y necesita más leche. Como ya sabes, la lactancia funciona como un mercado y se maneja por la ley de oferta y demanda. Si el bebé demanda más, más leche producirá la madre. Por este motivo, durante los brotes de crecimiento notarás que tu hijo quiere mamar a cada rato. Lo que sucede es que tu cuerpo necesita tiempo para generar más leche así que ¡seguramente tengas unos días moviditos! La buena noticia es que pasará… Un día verás que tu hijo comienza a mamar más espaciadamente: la crisis de crecimiento ha terminado… hasta la próxima, claro.
Ten en cuenta que las crisis de crecimiento no se producen solamente por una necesidad física del bebé, también cuando comienza a desarrollar una nueva habilidad como gatear, caminar o hablar, el bebé puede aumentar la demanda de leche.
Crisis de crecimiento: ¿cuándo se producen y cómo afectan a la lactancia?

Por lo general, las crisis o brotes de crecimiento se producen más o menos a la misma edad en todos los bebés, algo que nos permite estar preparadas para sobrellevar algunos días más complicados de lo habitual. Muchas mujeres viven las crisis de crecimiento con ansiedad y angustia y no es para menos: suelen afectar a la lactancia y generar dudas sobre la propia capacidad para alimentar al bebé.
Veamos juntas cuándo se producen las crisis de crecimiento y cómo afectan a la lactancia. Te aseguro que si estás informada, ¡las pasarás un poco mejor!
- Crisis de los 17-20 días: la lactancia suele estar bien instaurada para este momento, de hecho quizá ya estés acostumbrándote a dar de mamar cada algunas horas y de golpe el bebé empieza a pedir pecho todo el día, sin descanso e incluso, sólo se calma mamando. Además, los pechos que hasta el momento estaban duros comienzan a ablandarse permitiendo que las mamis «imaginemos» que no tenemos leche. Es una etapa agotadora. Como ya hemos visto, el bebé comienza a demandar más simplemente porque necesita que mamá genere más cantidad de leche. Por eso, se pega al pecho y succiona de manera constante. Serán 4 y hasta 5 días que pueden volverte loca pero ¡luego pasará! Verás que la lactancia volverá a la normalidad y tu hijo espaciará las tomas.
- Crisis de las 6-7 semanas: en la segunda crisis de lactancia, puede aparecer además del aumento de la demanda, una actitud del bebé que puede ser entendida por la mamá como un rechazo del pecho: el bebé pide pecho pero luego lo coge y lo suelta, estira el pezón, llora, arquea la espalda y se enfada. Sobre estas semanas, la leche comienza a variar sus componentes, cambiando un poco su sabor, algo que puede provocar que algunos peques se resistan al cambio y lo expresen como saben: llorando. Serán unos días y luego, la lactancia volverá a encauzarse.
- Crisis de los 3 meses: es la más famosa de las crisis de crecimiento y por norma general, en este momento el bebé no pide tan a menudo el pecho y cuando lo pide, está tan sólo unos minutos mamando y luego se distrae con otra cosa. Paralelamente, los pechos de la madre están blandos e incluso, el bebé puede comenzar a chuparse el dedo generando en la mamá una sensación de rechazo del pecho o de que no tiene leche suficiente para alimentar a su hijo. La realidad es que tu hijo ya es un experto succionando y si antes tardaba media hora en vaciar un pecho, ahora lo hace en un par de minutos. Además, tu bebé ya está más despierto y su interés por el mundo que le rodea crece día a día, sigue amando su teta pero ¡el mundo es muy interesante y quiere verlo! Seguramente te preguntes… ¿y entonces por que llora o se enfada cuando comienza a mamar? Tu cuerpo ha modificado la producción de leche, por eso ya no tienes los pechos llenos constantemente e incluso puede que ya no sientas la subida. Ahora, generas leche al instante para alimentar a tu hijo pero claro, tarda unos dos minutos en bajar y por eso tu bebé se enfada.
A los 6 y 9 meses los bebés experimentan también crisis de crecimiento que pueden afectar a la lactancia pero como el bebé empieza la alimentación complementaria a los 6 meses, es probable que sientas estas crisis más leves o suaves que las anteriores.
Lactancia: 4 consejos para superar las crisis
Las crisis de crecimiento son especialmente duras para las madres y suelen ser un momento de inflexión en la lactancia, cuando ante las dudas es posible que se decida comenzar a complementar las tomas con biberón. La realidad es que, salvo en algunos casos, las madres podemos generar la leche que nuestros hijos necesitan… Entonces, ¿cómo superar las crisis de lactancia? Por empezar: paciencia, mucha paciencia y confianza en ti misma como madre, como generadora de leche, no te dejes amilanar por la situación.
Pero veamos algunos consejos más prácticos:
- si el bebé no quiere mamar, no insistas. Cuando quiera, lo pedirá y cogerá el pecho. La insistencia puede terminar generando rechazo.
- si tu hijo se distrae, intenta darle de mamar a oscuras, en silencio, sin distracciones cerca.
- no dejes llorar a tu hijo cuando tiene hambre para evitar que la ansiedad dificulte la lactancia. Intenta anticiparte a sus necesidades
La lactancia se ve afectada por los brotes de crecimiento pero tan sólo por algunos días, días difíciles y complicados, es cierto, pero ¡todo pasa!