Si estáis tratando de concebir hace un tiempo y no lo lográis, quizás la preocupación empiece a ganar espacio en vuestras mentes. Es normal, cuando no quedamos embarazadas pronto, los nervios nos hacen pensar si tendremos algún problema para concebir. La realidad marca que un 15% de la población se ve afectado por la esterilidad, es decir una de cada seis parejas, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad.
Hoy hablaremos de infertilidad y esterilidad, dos palabras utilizadas como sinónimos aunque no lo son, cuándo realizar una consulta de fertilidad y cómo es el proceso de diagnóstico.
¿Nos acompañáis?
La infertilidad y la esterilidad
La infertilidad en los idiomas anglosajones es utilizada como sinónimo de esterilidad y de hecho, muchos de nosotros nos referimos a ambos términos de manera indistinta, ¿verdad? Sin embargo, la infertilidad y la esterilidad no son exactamente sinónimos.
Mientras que la esterilidad se refiere a la incapacidad para lograr una gestación tras un año de relaciones sexuales sin protección, la infertilidad se entiende como la incapacidad para generar gestaciones capaces de evolucionar hasta la viabilidad fetal. Es decir que la esterilidad sería un problema para concebir mientras que la infertilidad se manifestaría en forma de abortos de repetición, muerte intrauterina o partos prematuros.
Cuándo acudir a una consulta de fertilidad
Ya sea que no logréis un embarazo o que sufráis abortos de repetición es necesario que consultéis con vuestro médico para que os realice estudios de diagnóstico de la infertilidad o esterilidad.
Tomar la decisión de acudir al médico puede no ser sencilla, es difícil plantearse la posibilidad de tener un problema para alcanzar un sueño tan deseado como tener un hijo. Sabemos que no es fácil pero no estáis solos, muchas parejas se acercan a los especialistas consultando sobre diferentes problemáticas. Pensad que ellos mejor que nadie os ayudarán a determinar las causas de la infertilidad o esterilidad y os darán las pautas para sobrellevar la situación y alcanzar finalmente el sueño de ser padres.
Proceso de diagnóstico de la infertilidad

Existen numerosas pruebas diferentes que pueden ayudar a diagnosticar las causas de la infertilidad o esterilidad. En primer lugar, el médico elaborará la historia clínica haciendo constar vuestra edad y antecedentes familiares y personales, para intentar determinar posibles causales del trastorno: menstruación esporádica, problemas de eyaculación, alteraciones de la erección o vaginales que impidan las relaciones sexuales…
Luego, os pedirá que le comentéis si tenéis síntomas y le entreguéis todos los estudios que os hayáis realizado a nivel reproductivo anteriormente a la consulta.
¿Qué podéis esperar después de la entrevista con el especialista? Por lo general, el médico suele realizar una exploración genital y mamaria a la mujer y derivar al hombre al andrólogo en caso de síntomas que le afecten.
En base a estas informaciones determinará cuáles son los estudios a realizar, centrándose primero en aquellas problemáticas más probables y cuyo estudio sea no invasivo. Veamos brevemente los estudios que suelen realizarse para determinar la infertilidad.
Análisis de la calidad seminal para determinar la infertilidad
El seminograma es un estudio que permite determinar la calidad y concentración de espermatozoides presentes en una eyaculación. ¿Qué buscan los especialistas? Mirarán específicamente si existe alguna anomalía en cuanto a la calidad o cantidad, a la movilidad de los espermatozoides e incluso, a su morfología. Esta prueba permite detectar si hay algún trastorno que impide la concepción.
Pruebas para determinar la infertilidad de la mujer
En primer lugar, es posible que estudien la normalidad del útero y las Trompas de Falopio. Para ello, deberéis someteros a pruebas de imagen como:
- una ecografía transvaginal para ver si existe alguna anomalía en el útero o líquido en el interior de las trompas (un trastorno conocido como hidrosálpinx),
- una radiografía con contraste que permite ver en profundidad el útero y las trompas y determinar su tamaño y condición.
Además, se os realizarán pruebas para determinar la normalidad ovular, es decir si ovuláis o si padecéis algún trastorno que os impida quedar embarazadas. En este caso, los estudios serían:
- historial menstrual para determinar si las reglas son regulares y cíclicas,
- ecografías en diferentes momentos del ciclo para diagnosticar si existe algún trastorno en los ovarios o en la función hormonal y descubrir la reserva ovárica, es decir cuántos folículos poseéis. Vale la pena aclarar que con la edad la fertilidad disminuye ya que las mujeres nacemos con un número determinado de folículos y no podemos generar más durante nuestra vida. Estos folículos madurarán dando nacimiento a los óvulos. Cuanto mayor es la mujer, menor cantidad de folículos tendrá, disminuyendo así su fertilidad. En nuestro post sobre edad y fertilidad encontraréis información más detallada al respecto.
- estudios hormonales para determinar la cantidad y calidad de los folículos, determinar que ovuláis regularmente, y descartar virus latentes.
Con los resultados de los análisis tanto del hombre como e la mujer, el médico determinará si es necesario realizar más estudios para corroborar algún trastorno, como estudios microbiológicos, biopsias testiculares o histeroscopia (observación del útero).
El proceso de diagnóstico de la infertilidad puede ser un camino largo y tedioso que os genere nervios y ansiedades pero pensad que al final descubriréis los pasos a seguir para convertiros en padres.