La introducción del huevo en la dieta del bebé suele generar muchas dudas en los padres porque, como todos bien sabemos, es un alimento que puede generar alergias alimentarias. En Menudos Bebés te contamos cuándo introducir el huevo en la alimentación de tu hijo, cómo hacerlo y cuáles son las partes más alergénicas del huevo.
Huevo: su aporte nutricional
El huevo es un alimento proteico, es decir que aporta proteínas al organismo, de hecho su proteína es de alto valor nutricional ya que contiene todos los aminoácidos esenciales. Por este motivo, es muy recomendable incluir el huevo en la dieta infantil.
La clara del huevo está constituida principalmente por proteínas y agua, mientras que la yema es rica en grasa y colesterol. Vale la pena aclarar que el huevo es también rico en hierro, fósforo, zinc, vitaminas A y D y lecitina, una sustancia que hace que la grasa y el colesterol se emulsionen y el organismo absorba una cantidad mínima.
La alergia al huevo
Ahora bien… ¿por qué el huevo es un alimento tan alergénico? El componente que por lo general produce la alergia es la albúmina de la clara, aunque algunos bebés y niños presentan alergias a la clara o a la yema (o a todo el huevo). Por este motivo, la introducción del huevo debe realizarse de manera lenta…
La buena noticia es que esta alergia alimentaria que suele aparecer entre el primer y el segundo año de vida, luego suele desaparecer sobre los 3 o 4 años, aunque durante ese tiempo, deberás evitar el huevo y todos sus derivados de la alimentación complementaria de tu hijo.
¿Cómo introducir el huevo en la dieta del bebé?

Sigue los consejos de introducción del huevo que te de tu pediatra. Por norma general, los médicos suelen sugerir la inclusión del huevo en la alimentación del bebé sobre los 10 meses de vida, primero incluyendo media yema en el puré de verduras y observando si se produce alguna reacción alérgica, para luego continuar con la yema entera.
¿Y la clara? Depende de cada médico, aunque muchas veces se recomienda esperar hasta los 12 meses para incluirla en el menú del bebé y siempre de manera lenta, para observar si existe alguna erupción o reacción alérgica.
Una vez que estás segura que tu bebé no sufre de ningún tipo de alergia, y además ya ha comenzado a comer practicamente de todo, puedes ir probando diferentes recetas… ¿que tal un flan de huevo para una ocasión especial?
Recomendaciones para conservar el huevo
Antes que nada, te recomiendo estar atenta al etiquetado de los huevos a la hora de hacer las compras. ¿Has visto alguna vez que los huevos tienen números? El primer número determina la calidad del huevo, mientras que los demás señalan el productor y el país de origen:
- 3. producción en jaulas
- 2. producción en el suelo
- 1. producción campera
- 0. producción ecológica
Los mejores huevos son los de número 1 y 0, se aprecia una gran diferencia en su sabor y color. ¡Pruébalos!
A la hora de conservarlos, colócalos en la nevera con la punta hacia abajo y no los laves ya que de esa manera los privarías de la capa superficial. Por supuesto, siempre mira la fecha de caducidad y evita aquellos que estén sucios con plumas o heces.
Consulta con tu pediatra sobre la introducción del huevo en la alimentación de tu bebé y como ya te dijimos, comienza lentamente y presta atención a cualquier posible señal de alergia.
Vía: Pequerecetas
Imagen: Scott Sherrill-Mix