¿Estás embarazada y tienes ganar de comprar cosas para el bebé? ¿Ya has empezado a mirar en tiendas de puericultura y tu lista no para de crecer? Cuando el test nos da positivo, la mayoría de las mujeres empezamos a imaginar cómo será la habitación del bebé, a soñar con ropita bien pequeña y delicada y ¡a querer comprar de todo!
¿Tú estás pasando por ese momento? ¿Estás experimentando los primeros síntomas de embarazo y tienes unas ganas locas de salir de comprar para tu hijo? Claro, es normal, no queremos que le falte nada a nuestro hijo. El problema es que algunas veces tenemos tantas ganas de comprar que lo hacemos sin estudiar en profundidad los pros y contras de cada objeto, ¿verdad?
Hoy hablaremos sobre el cojín de lactancia: para qué sirve, los diferentes tipos que existen y cómo elegirlo. ¿Me acompañas?
¿Para qué sirve el cojín de lactancia?
El cojín de lactancia sirve, según el modelo, durante el embarazo, la lactancia y cuando el bebé comienza a sentarse. Su principal función es sostener al niño mientras la mamá le da el pecho, algo que puede resultar muy práctico teniendo en cuenta que, sobre todo durante los primeros meses, pasarás mucho tiempo con tu hijo en brazos. La principal ventaja del cojín de lactancia es que permite a la madre mantener la espalda apoyada en la silla o sillón, evitando así dolores de espalda comunes cuando echamos los hombros hacia adelante para mantener al bebé en posición mientras le damos de mamar.
Los modelos más grandes pueden ser útiles para las embarazadas que habitualmente duermen de lado ya que es posible apoyar la tripa sobre el cojín, encontrando mayor comodidad que en otras posiciones.
¿Y para el bebé? Sí, el cojín de lactancia también puede ser útil cuando el bebé ya es mayorcito. Por ejemplo, puedes colocar el cojín sobre la cama (o cualquier otra superficie) para sostener a tu hijo un poco sentado.
Cojín de lactancia: diferentes modelos

Cuando estés en la tienda de puericultura, te encontrarás con varios modelos de cojín de lactancia con diferentes posibilidades de uso:
- cojín estilo churro largo: tiene una textura muy moldeable y es el más recomendable si piensas utilizarlo durante el embarazo para descansar y dormir. Quizá no sea la mejor opción durante la lactancia porque al tener zonas vacías (que permiten que lo moldees a tu gusto), puede serte difícil acomodarlo con una única mano libre (teniendo en cuenta que tendrás a tu bebé en el otro brazo). Eso sí, si piensas practicar el colecho puede ser una buena opción para colocar en la cama y evitar que tu hijo se caiga por la noche.
- cojín estilo C o medialuna: suele ser más pequeño, sirviendo para la lactancia y como soporte para cuando el bebé comience a sentarse. Son más fáciles de colocar que el modelo anterior y en general, sujetan muy bien al bebé a la altura del pecho.
- cojín estilo C larga: es el tamaño intermedio entre los dos modelos anteriores. Permite el uso durante la lactancia y también como soporte para el bebé.
Cómo elegir el cojín de lactancia

A la hora de elegir el cojín de lactancia debes pensar en el uso que le darás: ¿lo quieres para dormir o simplemente para darle de mamar a tu bebé? La realidad es que la decisión debes tomarla en base a cómo lo usarás.
¿Es esencial el cojín de lactancia? No, la verdad es que no. Bien puedes apañártelas con una o dos almohadas, tanto para dormir como durante la lactancia e incluso cuando tu hijo comience a sentarse.
En fin, el cojín de lactancia es un elemento de puericultura que puede ser práctico (de hecho, para mí fue muy práctico sobre todo durante las noches porque así no me preocupaba porque mi bebé pudiese caerse de mis brazos si me dormía) pero también es cierto que con unos cojines o almohadas normales es posible suplirlo.
Si puedes comprártelo, adelante pero si tienes un presupuesto ajustado, no te preocupes: puedes sustituirlo.
Imágenes: Mothering Touch, Mothering Touch