Probablemente Caperucita Roja es uno de los cuentos infantiles más populares desde hace ya mucho tiempo, ya que esta historia se remonta a la Edad Media. Las aventuras de Caperucita y el Lobo han pasado de generación en generación, para enseñar a los niños la importancia de no hablar con desconocidos. De ello hablaremos más abajo, donde también os enseñamos el cuento de Caperucita Roja animado en vídeo.
Ahora vamos a leer este cuento, prestando mucha atención a lo que le pasó a Caperucita…
Caperucita Roja
Había una vez una niña a la que todo el mundo llamaba Caperucita Roja, ¿queréis saber por qué…? Su madre le había hecho una capa roja y la niña la llevaba tan a menudo que se había ganado ese apodo: Caperucita.
Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que se encontraba enferma, y que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo.
Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. Aunque su madre le había recomendado que tuviera cuidado a Caperucita Roja no le daba miedo, porque allí siempre se encontraba con muchos amigos con los que se paraba a hablar: los pájaros, las ardillas…
Estaba Caperucita hablando con algunos de sus amigos y recogiendo flores cuando de repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.
- ¿A dónde vas, niña? – le preguntó el lobo con su voz ronca.
- A casa de mi abuelita – le dijo Caperucita.
- No está lejos… – pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.
Caperucita puso su cesta en la hierba y de nuevo se entretuvo cogiendo flores y haciendo un ramo:
- El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuelita se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles.
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo.
El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la pobre abuelita, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta. La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
- Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!
- Son para verte mejor – dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
- Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!
- Son para oírte mejor — siguió diciendo el lobo.
- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!
- Son para…¡COMERTE MEJOOOORR! — y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre Caperucita y la devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado, y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un serrador y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.
El cazador sacó su cuchillo y abrió el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!. Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó.
En cuanto a Caperucita Roja y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero la niña había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las juiciosas recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá.
Y colorín colorado, ¡el cuento de Caperucita Roja se ha acabado!
El cuento de Caperucita Roja en vídeo
Si os ha gustado el cuento de Caperucita Roja, seguramente los niños también disfrutarán del cuento de Caperucita en vídeo.
Moraleja del cuento de Caperucita Roja y el Lobo Feroz
Como en casi todos los cuentos infantiles, también en el de Caperucita Roja existe una moraleja que ayuda a los padres a enseñar determinadas cosas a los niños que, de otra forma, no comprenderían.
En este caso la moraleja de lo que le ocurre a Caperucita por no hacer caso a su madre y pararse a hablar con desconocidos, es clara. A través de este cuento se pretende enseñar a los niños que siempre hay que hacer caso de lo que los padres nos dicen, y, especialmente hay que aprender a no fiarse de los extraños, porque las consecuencias pueden ser tan desastrosas como lo fueron para Caperucita Roja.
Otros cuentos donde se habla de la desconfianza que se debe tener a los desconocidos y donde, de nuevo el malo del cuento es el lobo feroz, es el cuento de El Lobo y los 7 cabritillos, que también os recomendamos leer.
¿Quién escribió el cuento de Caperucita Roja?

Si te has preguntado alguna vez quien fue el autor de este cuento infantil tienes que saber que, aunque todo el mundo lo atribuye a Charles Perrault, en realidad Caperucita Roja (en francés, Le Petit Chaperon rouge; en alemán, Rotkäppchen y en inglés Little Red Riding Hood) es un cuento de transmisión oral, que se difundió por gran parte de Europa, y que luego tuvo diferentes versiones escritas en las que la protagonista lleva puesta siempre una caperuza de color rojo.
El primero que plasmó por escrito esta historia fue Charles Perrault que la incluyó en un volumen de cuentos para niños en 1697. En aquel entonces más que un cuento era una leyenda con detalles bastante escabrosos que Perrault suavizó transformándolo en un cuento para niños que, no obstante les enseñara los peligros de relacionarse con desconocidos, añadiendo por primera vez una moraleja a esta fascinante historia de Caperucita Roja.
La versión de Caperucita Roja de los Hermanos Grimm
Pero la popularidad del cuento de Caperucita Roja llevó a los Hermanos Grimm en 1812 a crear una nueva versión de Caperucita, esta vez más inocente y añadiendo un final feliz. Esta es la versión que todos conocemos hoy en día.
Los hermanos Grimm, autores de otros famosos cuentos como Hansel y Gretel; Rapunzel; y muchos otros, introdujeron la figura del leñador a modo de «superhéroe» de la época, e incluso propusieron un final alternativo en la que Caperucita cuando iba a ser devorada por el lobo comienza a gritar y el leñador que estaba cerca, al oírla la salva, mata al lobo y abre al lobo para encontrar a la abuelita dentro viva.